Mercedes (B), 15 de marzo de 2010
Adolescentes: la muerte de un ser querido
SINTESIS DE DOCUMENTO DE TRABAJO DEL EDIA
En la vida, diariamente nos enfrentamos a situaciones difíciles que implican pérdidas, unas con más repercusiones emocionales que otras. No obstante, en esta etapa de su vida, el adolescente se encuentra en un período de transición entre la niñez y la vida adulta; por una parte, tiene una conciencia mayor de lo que está sucediendo, más sentido de la realidad que un niño, y por otra parte, en la mayoría de los casos no tiene una madurez emocional, es decir, no sabe como reaccionar, ni actuar, no sabe cómo se espera que enfrente el duelo.
Para éstos, la muerte es algo tan imprevisto, que quizás nunca la había vislumbrado a corto plazo y mucho menos cerca de su entorno.
El adolescente que sufre una pérdida de esta magnitud entra en su interior en una reflexión profunda sobre la vida, la muerte, e incluso puede llegar a formarse conceptos erróneos o adoptar actitudes hostiles y perjudiciales.
La pérdida del padre, la madre, de un familiar o amistad cercana produce un vacío, donde cada miembro de la comunidad se ve movilizado, inmerso en un proceso de su duelo particular, con manifestaciones diferentes; el adolescente se torna inseguro, inestable, y muchas veces, rebelde.
En estos casos, solo con mucha paciencia, comprensión, una actitud abierta y sincera hacia al diálogo, que se demuestre hacia el adolescente, puede ayudársele a comprender lo sucedido, e identificarse con su dolor, expresándole, que es perfectamente normal experimentar todos aquellos sentimientos encontrados, ambivalentes, como parte del proceso del duelo.
Reacciones y Sentimientos en el Adolescente
Las reacciones del adolescente frente al duelo son similares a las del adulto, sin embargo, debemos darle especial atención a las siguientes:
1. El enojo: Es un sentimiento agresivo generado por la pérdida física del ser querido, constituyéndose como una manera de enfrentar y entender la terrible realidad de lo sucedido. Esta rabia puede ir dirigida contra él mismo, contra sus compañeros, con la persona que falleció o contra cualquier cosa.
2. Culpa y auto-reproches: El adolescente es particularmente vulnerable a sentir culpa, considera, por ejemplo, que el haber tenido diferencias, celos, discusiones y confrontaciones con él significan no haber sido buen amigo, a pesar que es habitual durante la adolescencia sostener esta modalidad de relación vincular entre pares, primando la ambivalencia.
3. Sentir que se está enloqueciendo y el advenimiento de ideas suicidas: Producto de las emociones encontradas, algunos adolescentes no saben ni pueden manejar sus sentimientos y pensamientos, llegando con ello a perder el control de sí mismos. Creen que la vía más fácil y rápida para solucionar sus problemas es hacerse daño mental o físico, a través del abuso de drogas, alcohol, sustancias prohibidas e incluso provocarse la muerte.
4. Incomprensión: El adolescente genera un cúmulo de sentimientos variados que llega el momento que tiende a confundirlos, está en una etapa de sensibilidad que en ocasiones confunde o malinterpreta los sentimientos expresados por lo demás. Se siente incomprendido por las personas, no desea hablar sobre el tema, sin embargo, sintiendo que sus son malos por no hacerlo.
5. Rebeldía: Es un sentimiento contradictorio en el adolescente, en ocasiones quiere mostrar una actitud contraria a la deseada, no es consecuente con lo que habla o hace, quiere ser protector y autoritario.
¿Cómo ayudarlos?
• Legitimar sus sentimientos y emociones, mostrándoles que no es debilidad e inmadurez el sentir tristeza, miedo y el llorar.
• Explicarles y aclararles que la sensación de extrañeza es normal en este proceso, así como los sentimientos encontrados y ambivalentes.
• Brindarles el mayor apoyo posible en estas circunstancias de dolor.
• Validarles que cada quien tiene una manera diferente de reaccionar ante lo perdido, pero que es imprescindible respetarse unos con otros.
• Reconocer que su duelo tiene ritmo diferente para cada quién, y para cada grupo e institución.
• Incentivarlos a leer libros, escribir, analizar canciones, orientarlos a mirar determinadas películas, con los cuales se identifiquen y contribuyan a elaborar el duelo y tramitar los sentimientos que esto suscite.
• Respetar rituales que surjan en el grupo a partir de lo sucedido, proporcionando diversos modos de plasmar los sentimientos e inquietudes, ya sean con afiches a modo de mural, cartas, poesías, canciones, etc. que contribuyan a la elaboración de lo sucedido, respetando siempre la voluntad personal de participar o no.
• Ser honestos y claros con las explicaciones sobre lo sucedido, evitando caer en cometarios innecesarios que no contribuyen a su tramitación.
• Respetar la decisión personal de cada alumno de participar o no en los ritos y cambios que se generan ante la pérdida.
• Permitirles los momentos en donde deseen estar solos y tener espacios para compartir con sus compañeros.
EDIA
Bibliografía:
- Bautista Mateo, “Resurrección” Ed. San Pablo
- Revista “El Monitor”, Ante el Dolor El lugar de la Escuela, N° 12 del 2007. “El lugar de la Escuela ante el Dolor”.
o Dussel Inés y Southwell Myriam, “Ante el dolor ¿Qué puede hacer la escuela?
o Filmus, Daniel “Ante el dolor”
- Revista “El Monitor” N°20 del marzo de 2009, articulo “El largo día después”
- Lic. Evangelina Aronne, “Los adolescentes y la pérdida de un ser querido”
- Revista “Actualidad Psicológica” Adolescentes Difíciles y Duelos.
